La primavera es época de esplendor, de exuberancia, en colores, texturas y aromas. Y, también, de vaivén, de ir y venir, de subidas y bajadas, y de inestabilidad constante…

Con la llegada de la primavera, los sentidos se despiertan… La sensibilidad se instala a flor de piel… La sensualidad y la sexualidad se intensifican…

Y el amor está en el aire…

En definitiva, la vida pide paso y se abre camino en esta estación del año.

En primavera, la savia asciende, nutriendo, por tallos y troncos, desde las raíces. El agua brota de los manantiales y fluye del deshielo. Las horas de luz aumentan poco a poco cada día. La Naturaleza entera despierta de su letargo invernal, y vuelve a ponerse en movimiento. Y el paisaje reverdece en nuevos brotes y se llena de color con las primeras flores.

La sangre, símbolo y cauce de la vida, y al igual que la savia en las plantas, asciende, fluye e inyecta de energía vital y alimento todas las células del ser vivo. Y en estos meses de primavera lo hace con más intensidad, si cabe.

La primavera es tiempo de crecimiento y desarrollo. Y es la época del año en que la Energía o Qi, presente en toda la Naturaleza, emerge del interior, asciende, se expande, y brota al exterior.

Y corresponde a la Fase MADERA, una de las cinco que componen la teoría de las Cinco Fases de la Medicina Tradicional China (MTC).

Es en la primavera cuando la energía de esta Fase está más activa. Y, por tanto, sus características resaltan y predominan sobre las del resto de Fases, que también están presentes.

La energía de la primavera (Madera) en equilibrio es una energía joven y vital.
Impetuosa y a la vez paciente y tolerante, valiente y decidida.
De talante claro y abierto.
Fuerte y a la vez flexible…
Que crece y se expande en todas las direcciones del espacio.

Cualidades todas, respaldadas por la fuerza de voluntad, determinación y confianza que imprime una buena energía de Agua. Pues la Madera necesita de la energía de Agua para crecer y desarrollarse. Siendo la flexibilidad la característica principal de una Madera bien hidratada y fundamentada, en cualquiera de los niveles de expresión de esta energía. Y es precisamente esta característica la que nos indicará su estado.

Por tanto, la energía de MADERA en equilibrio te aporta y te ayuda en lo siguiente:

♥ Te ayuda a PLANIFICAR, ORGANIZAR y TOMAR DECISIONES RESPONSABLES

En concreto, te da capacidad para organizar y darle sentido a tu vida. Y, en consecuencia, también la capacidad de tomar decisiones responsables… La energía de Madera en equilibrio te aporta seguridad y claridad de visión sobre lo que quieres en tu vida. Al igual que capacidad de decisión y de concretar las estrategias para conseguirlo.

♥ Te aporta INICIATIVA y EMPUJE: RABIA, CORAJE y VALENTÍA

Para elegir y seguir tu camino y llevar adelante tu proyecto de vida, con ganas, decisión y responsabilidad. Y para defender y sacar adelante cualquier emprendimiento, con criterio y flexibilidad.

♥ Alimenta tu CREATIVIDAD

Y te empuja a recrear, soñar e idear. Al mismo tiempo que te otorga la energía y capacidad necesarias para concretar esos sueños e ideas en algo real y factible. Es decir, te ayuda a convertir tus sueños en realidad.

♥ Te otorga PACIENCIA y TOLERANCIA

En equilibrio, la energía de Madera te ayuda a ser paciente y tolerante. Pues la flexibilidad que le caracteriza facilita el desarrollo y expresión de estas cualidades en tu persona. Unidas a un carácter abierto y amigable.

♥ Te aporta ENERGÍA y VITALIDAD

Porque en la sangre reside la energía y vitalidad de un ser vivo. Y entre las principales funciones de los órganos correspondientes a la energía de Madera, según la MTC, están las de almacenar la Sangre, regular su volumen según necesidad, y depurarla de toxinas. Por tanto, la cantidad y calidad de la energía y la vitalidad que tengas depende, en gran medida, del buen funcionamiento de estos órganos y del equilibrio de la energía de Madera.