Además de los alimentos y bebida que tomas en cada comida, en el proceso digestivo influyen otros factores. Factores igual de importantes y decisivos que los anteriores a la hora de digerir bien los alimentos y de asimilar sus nutrientes.
Entre ellos, factores internos, como tu estado físico y anímico, tu actitud ante la comida y tu forma de comer. Y otros, externos, como el ambiente que te rodea a la hora de comer, la compañía o su ausencia y la presentación de la comida.
Todos ellos influyen notablemente en la digestión de los alimentos que tomas y en la asimilación de los nutrientes.
En este artículo vas a descubrir qué puedes hacer, entonces, para favorecer cada día una buena digestión. Y cómo incide cada uno de estos factores en el proceso digestivo, según la medicina tradicional china (MTC).
vístete con una actitud positiva y de agradecimiento ante la comida
Una actitud positiva y de agradecimiento es la mejor disposición para recibir los alimentos.
Sentarte a la mesa relajadamente, en actitud de recibir y content@ por ello, es la mejor manera de comenzar a comer. Así, te haces consciente de que vas a recibir energía vital en tu interior. Pues es esta energía y los nutrientes que vas a asimilar, lo que va a propiciar que sigas viviendo y creciendo…
¿No es esto suficiente para estar agradecid@?
Y, ¿qué es lo que sucede en tu organismo cuando te sientes agradecid@ y content@? Seguramente, que te sientes bien, más relajad@, confiad@ y valorando lo que recibes… ¿si?
Pues estas sensaciones y emociones influyen, directa y positivamente, en la energía de Hígado y de Corazón-Intestino delgado, según la MTC (medicina tradicional china). Lo que propicia una mejor digestión y buena asimilación.
Así que ya lo sabes: ¡si tu agradeces y te sientes alegre (con sinceridad) ante la comida, Hígado e Intestino delgado también te lo agradecen!…
Y te premiarán con una mejor digestión y asimilación.
hazte consciente del momento presente y centra tu atención en lo que haces
Según la MTC, la Fase de las Cinco más implicada en la digestión es la Fase Tierra. La energía de Tierra se destina tanto al proceso digestivo como a la función intelectual, al pensamiento y a la reflexión.
Y, a esta Fase pertenecen Estómago y Bazo-Páncreas.
Entonces, si la energía de Tierra (y por ende, de estos órganos) la “destinas” a elaborar y rumiar pensamientos, difícilmente va a poder dedicarse a digerir y asimilar alimentos… ¡O lo uno, o lo otro!
En el momento de comer, centra tu mente en la comida y en el momento presente. Pon toda tu atención en esto y en disfrutar de ello.
De esta manera, Estómago y Bazo-Páncreas “se centrarán” en digerir los alimentos y en facilitar la asimilación de nutrientes.
siéntate a la mesa en agradable compañía
Comer junto con amigos, compañeros y seres queridos, disfrutando de una conversación agradable y distendida, es lo mejor para una buena digestión.
Una conversación distendida y en buen humor distrae la mente. Y evita que ésta se enganche en rumiar pensamientos. Algo que puede ocurrir fácilmente si comes sol@…
Si este último es tu caso, para evitar caer en la rumiación de pensamientos, puedes centrar tu atención en lo que estás haciendo. Hacerte consciente del momento presente y mantener una actitud positiva y de agradecimiento por la comida.
Aunque si participas de una conversación agradable y en buen humor, facilitas que la energía de Bazo se “centre” principalmente en el proceso digestivo y no en dar vueltas a pensamientos en la cabeza… Y también, que la energía de Hígado se vea favorecida por el tono alegre y desenfadado de la conversación, y redunde en una buena digestión. Pues las broncas y los enfados no son buenos para Hígado… y ¡menos para facilitar la digestión!
Por tanto y de cualquier forma, sol@ o acompañad@:
¡Si tú te distraes, sonríes y disfrutas del momento de la comida, Bazo, Hígado y Vesícula también lo harán! Y, de esta forma, podrán realizar mejor su labor en el proceso digestivo.
elige o recrea un entorno atractivo y relajado
Una vez que el alimento entra en tu boca, ahí mismo ya comienza la digestión.
En realidad comienza un pelín antes: cuando contemplas la comida exquisita que vas a tomar enseguida y tus glándulas salivares comienzan a excretar los jugos correspondientes dando inicio al proceso digestivo.
Por ello es tan importante la presentación de la comida, un emplatado atractivo, una mesa bonita y un entorno agradable… Y para muestra, fíjate en los grandes chefs, en sus platos y sus locales…
Cuida estos detalles también en tu casa y aunque cocines solo para ti.
Y disfruta desde el momento de la elaboración de los platos. Incluso ¡desde el momento en que compras los alimentos en el mercado!
¿Te has fijado en que los comerciantes cada vez cuidan más la decoración, el alumbrado y la disposición de los alimentos en sus tiendas?… ¡Por algo será!
Con un ambiente y un entorno agradables y atractivos… ¡Se te hace la boca agua, ya antes de comer!
tómate tu tiempo y mastica, mastica y mastica, bien y repetidamente
Y ya el alimento en tu boca, se mezcla con los jugos salivares que contienen enzimas para la digestión de algunos hidratos de carbono, como el almidón.
Para una buena mezcla y que el bolo alimenticio llegue en condiciones al estómago, más que mejor es masticar, masticar y masticar. Muchas veces. Hasta hacerlo papilla, literalmente.
En la tradición china se dice que hay que masticar por lo menos 100 veces cada porción de alimento que te llevas a la boca.
Así que, ¡¡atención al masticado y nada de engullir como los pavos!!
Tenemos dientes para dar y tomar, y si están ahí es porque tienen una función que cumplir, ¿no?
Pues entonces, ¡utilízalos!
En este caso las prisas no son una excusa. Otorga al momento de la comida el tiempo y el valor que merece y que necesita. Que es como mínimo, de media hora (solo comiendo). Si no, difícilmente va a llegar el bolo alimenticio en condiciones al estómago.
¡Buena masticación… mejor digestión!
¡A comer!