cómo mantener la vitalidad y el ánimo para afrontar con éxito una situación extraordinaria

Estamos viviendo una situación extraordinaria. De repente, un microscópico ser llamado SARS-COV-2 ha dado un vuelco a nuestras vidas.

Y, por él, nos encontramos sumergidos de lleno en una situación nueva e imprevista. En la que sentimos, en mayor o menor grado, sensación de falta de control. Y que está afectando no solo a nuestra salud sino también a nuestro ánimo, a nuestro trabajo, a nuestra economía, a nuestras relaciones…

Estamos, en definitiva, ante un acontecimiento estresante de primer orden.

Acontecimiento en el que están presentes no solo los cuatro factores psicológicos causantes de estrés relativo sino además el miedo y la incertidumbre.

Ese miedo visceral e instintivo a enfermar y perder la vida o a nuestros seres queridos, que todos sentimos de forma natural ante una amenaza como esta. Miedo también a perder el trabajo, los ingresos y el sustento de la familia.
E incertidumbre por no saber cuándo terminará esta situación, ni qué va a pasar después…

¿qué puedo hacer para afrontar esta situación de estrés?

Una situación extraordinaria como esta pone a prueba cada día tu carácter, tu paciencia y tu capacidad para controlar o expresar, sin dañar a otros, tus emociones.

También tu capacidad de adaptarte a la nueva y restrictiva situación, y de activar o poner en marcha los recursos necesarios para afrontarla.

Obviamente, aunque estemos viviendo todos un mismo acontecimiento, no todos nos encontramos en la misma situación, ni nuestra forma de afrontar las circunstancias de la vida es la misma.

Pero para todos se trata de lo mismo: de encontrar y poner solución a lo que nos está afectando y de estar y vivir sin estresarte en una situación como esta.

¿Qué puedes hacer, entonces?

Pues precisamente eso, poner en marcha tu creatividad, ver con qué recursos cuentas (tanto propios como externos) y utilizarlos, para conseguir estar y sentirte lo mejor posible.

Y aquí va mi receta para ayudarte a mantener la energía y vitalidad que necesitas para poner en marcha esa creatividad y recursos, que espero te sea de utilidad.

aquí tienes mi receta para mantener la vitalidad y el ánimo

  • Equilibra actividad y descanso

Respeta tus tiempos de descanso. Cuando trabajamos desde casa solemos no atender tanto al horario como en la oficina. Y menos si tenemos que ocuparnos de los hijos o de las tareas domésticas. O sea que, en casa, trabajamos más y, además, más horas…

Pero, para que el organismo funcione adecuadamente, es necesario cumplir con las horas necesarias de descanso y de sueño. Pues, sin ellas, no tienes ni la vitalidad ni la suficiente capacidad para afrontar todas tus tareas diarias. Y es más fácil que llegues a estresarte y a enfermar.

Se ha comprobado que el organismo funciona y se adapta mejor a los cambios si sigue una rutina. Esto es, seguir una programación de tareas según un horario, y cumplirlo. Por esto es importante establecer horarios, y más aún trabajando en y desde casa. Y, decidir qué momentos y cuánto tiempo serán destinados al trabajo y cuáles al ocio y al descanso.

  • Aliméntate adecuadamente

Para mantener bien cargadas las pilas y la mente clara, además del descanso es necesaria una buena y adecuada alimentación. Que tiene que adaptarse a las nuevas condiciones, aunque sean temporales, de vida.

La alimentación más adecuada para esta situación es ligera y abundante en vegetales de hoja verde, leguminosas y brotes. Pues estos vegetales van a aportarte clorofila, minerales, vitaminas y fibra, y van a refrescar tu medio interno. Y, también, van a contribuir a suavizar tus ánimos y emociones, a mantenerte más tranquila.

Aprovecha que ahora estamos entrando en la primavera para proveerte de estos alimentos vegetales y, especialmente, de los amargos como las alcachofas, muy buenos para equilibrar la energía de Madera (Hígado y Vesícula biliar).

Combina estos vegetales con pescado blanco y azul, y cereales integrales. Y procura evitar los alimentos muy grasos, las carnes rojas y el picante en exceso.

Y, como bebidas, mejor agua, zumos naturales, bebidas vegetales e infusiones, por ejemplo de té kukicha, y una copita de vino con la comida.

  • Haz ejercicio físico todos los días

Muévete. Si tienes en casa aparatos de gimnasia, genial. Pero si no es tu caso, te presento alternativas:

Haz ejercicio al mismo tiempo que cualquier actividad doméstica: hacer la cama, barrer el suelo, limpiar los muebles… Las claves para convertir estas actividades rutinarias en un ejercicio beneficioso para ti, son la intención y la atención que pongas cuando los realices. Piensa en tu postura corporal al realizar estas actividades y cómo optimizarla para conseguir ese beneficio extra.

Además, cada vez que vayas a comprar algo de comida o a pasear a tu perro o a tirar la basura, si vives en un bloque de pisos, procura utilizar las escaleras en vez del ascensor. Sobre todo al subir más que al bajar.

Y, por la mañana o al final del día, por qué no, un ratito de baile y canciones. Pon tu música favorita y canta y baila al ritmo. Así, no solamente harás ejercicio sino que vas a reducir mucho el estrés que puedas tener y vas a subir el ánimo. Y si bailáis todos juntos en casa, mucho mejor!!

  • Pon atención a tus emociones

En una convivencia obligada las 24 horas del día y encerrados todos en vuestra casa, es fácil que puedan surgir roces, enfados y episodios que colmen tu paciencia y llegues a perder los nervios.

Para prevenir y evitar enfados y discusiones por sobrecarga emocional, lo mejor es aprender a observarte para estar atenta a la mínima señal que te alerte de que es mejor evitar ciertas situaciones. Cuando te sientas estresada, procura evitar cualquier circunstancia que pueda añadir más estrés o que te haga saltar sin motivo, hasta que te sientas más calmada.

Para calmarte, nada mejor que un rato a solas contigo misma, para poder identificar qué es lo que te estresa realmente y poder encontrar una solución. Y utilizar tu respiración para relajarte, reducir el nivel de estrés, y clarificar tu mente. O salir a pasear a tu perro si lo tienes, o a tirar la basura…

Y date permiso para expresar y comunicar con respeto a las personas con las que convives cómo te sientes y escucharles a tu vez, y solicitar su colaboración para crear entre todos la mejor convivencia.

  • Aprovecha para aprender y hacer algo nuevo

Seguro que tienes por ahí alguna lista de buenos propósitos de año nuevo, ¿a que sí?. Pues es buen momento para releerla y ver si hay algo en ella que puedas hacer en estos días aprovechando el tiempo libre del que dispongas.

Si no, mira qué te gustaría aprender y que puedas hacerlo online: iniciarte en el aprendizaje de un idioma, aprender nuevas recetas de cocina, aprender a tejer, iniciarte en la práctica de la meditación… Y a por ello!

  • Mantén la esperanza y confía

Tu forma de pensar y tu actitud son lo más importante. Pues tus pensamientos son los que determinan tus emociones y tu conducta. Son la base de tu forma de interpretar las circunstancias con las que te encuentras en la vida.

Estamos viviendo todos una situación que para muchos podría ser calificada de dramática.

Pero también es una situación extraordinaria, en el sentido de que puedes aprender mucho de ella y que te impulsa a sacar lo mejor de ti misma.

Permanece expectante y motivada. Con tu atención puesta en el instante presente, que es el único que tienes a tu disposición. Y con la esperanza y la confianza a la cabeza de tus pensamientos y emociones.

  • Y sonríe y ríe abiertamente, diviértete y disfruta de los pequeños momentos

Porque la risa distiende los músculos contraídos por el estrés y favorece la liberación de tensiones tanto físicas como emocionales.

Disfruta de este tiempo en familia, o con tu pareja, o en soledad. Y sácale partido a esta extra-ordinaria situación.

María José Moreno Salas_02

Acerca de la autora de este artículo

¡Hola! soy María José Moreno Salas, técnica en medicina tradicional china, reflexoterapia podal superior y arquitecta. Ayudo a mujeres agobiadas, tensas y preocupadas de forma habitual a manejar y reducir el estrés que sienten para que puedan afrontar los cambios y las circunstancias adversas de su vida con calma, decisión y confianza en sí mismas.

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